lunes, 6 de febrero de 2012

¿TUÉTANO FÓSIL?


Que es fósil estamos seguros, su consistencia lo revela, ahora, no sabemos bien su antigüedad. Estaba en lo que le decimos lujanense rojo, por el color del sedimento, a la orilla del agua. Pero sabemos que al ser canalizado, el suelo se ha removido. Pero también hubo que desenterrarlo y aparentemente estaba enterrado allí, no fue rodado ni trasladado por las palas.
Así que acá lo tenemos. Se quebró y (no hay mal que por bien no venga...) reveló que aún conservaba la médula ósea.
La médula ósea de los huesos largos, es médula amarilla, (obviamente, ésta esté reseca y fósil) es blanda, no es hematopoyética (no produce células sanguíneas) como la médula roja de los huesos planos. No tenemos que confundir con la médula espinal que pasa por el agujero vertebral. Las vértebras también tienen médula ósea. En este caso, la que encontramos, es médula ósea amarilla porque pertenece a un hueso largo. Es como el tuétano que viene en el caracú que se usa para hacer puchero. Pero ésta ya no sirve para puchero, ni jugo se le puede sacar, jaja. Ni el perro la identifica como hueso. Pero quizá tenga importancia para datar el hueso o investigar la edad y forma de vida del animal (posiblemente un caballo. Pronto necesitaremos la colaboración de un veterinario que esté interesado de estudiar las enfermedades de los animales del pasado. Hay mucho para hacer y comprender a partir de la evidencia que tenemos en nuestro museo.

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