lunes, 6 de febrero de 2012

¿TUÉTANO FÓSIL?


Que es fósil estamos seguros, su consistencia lo revela, ahora, no sabemos bien su antigüedad. Estaba en lo que le decimos lujanense rojo, por el color del sedimento, a la orilla del agua. Pero sabemos que al ser canalizado, el suelo se ha removido. Pero también hubo que desenterrarlo y aparentemente estaba enterrado allí, no fue rodado ni trasladado por las palas.
Así que acá lo tenemos. Se quebró y (no hay mal que por bien no venga...) reveló que aún conservaba la médula ósea.
La médula ósea de los huesos largos, es médula amarilla, (obviamente, ésta esté reseca y fósil) es blanda, no es hematopoyética (no produce células sanguíneas) como la médula roja de los huesos planos. No tenemos que confundir con la médula espinal que pasa por el agujero vertebral. Las vértebras también tienen médula ósea. En este caso, la que encontramos, es médula ósea amarilla porque pertenece a un hueso largo. Es como el tuétano que viene en el caracú que se usa para hacer puchero. Pero ésta ya no sirve para puchero, ni jugo se le puede sacar, jaja. Ni el perro la identifica como hueso. Pero quizá tenga importancia para datar el hueso o investigar la edad y forma de vida del animal (posiblemente un caballo. Pronto necesitaremos la colaboración de un veterinario que esté interesado de estudiar las enfermedades de los animales del pasado. Hay mucho para hacer y comprender a partir de la evidencia que tenemos en nuestro museo.

jueves, 29 de diciembre de 2011

EL TIGRE DIENTE DE SABLE HABITÓ EN JUNÍN HASTA HACE SOLO 8 000 AÑOS


CONFIRMADO: EL TIGRE DIENTE DE SABLE HABITÓ EN JUNÍN HASTA HACE SOLO 8 000 AÑOS


Confirmado se conocen restos de falanges y se investiga como probables unas costillas y otras fragmentos de extremidades. Todavía queda mucho material para identificar e inventariar, por lo tanto es posible que aparezcan más restos.

Un animal impresionante...

Sin duda el depredador más impresionante que habitó en estas pampas durante el Pleistoceno, la ante última época de la Era Cenozoica, ha sido el temible diente de sable o Smilodon.
Recién llegado con el contingente de carnívoros placentarios procedentes de Norteamérica cuando se formó el istmo de Panamá, se extendió por todas las llanuras. Su registro es importante en el piso Lujanense, a fines del Pleistoceno. En nuestro yacimiento, se encontraron sus restos en el Lujanense Tardío, hasta 10 000 u 8 000 años desde el presente.
Los primeros fósiles de este gran felino fueron descubiertos por el paleontólogo dinamarqués, radicado en Brasil, Peter W. Lund en unas cavernas de Brasil en 1842. Fue él quien bautizó como Smilodon populator a la nueva especie cuya maxilar superior portaba unos extraños y largos caninos.
Francisco Javier Muñiz encontró en 1844 un esqueleto casi completo de este animal en Luján y como no estaba enterado del hallazgo de Lund, publicó su descubrimiento en la Gaceta Mercantil, el 9 de octubre de 1845, designando a la especie como Muñifelis bonaerensis.
La estructura general del esqueleto del esmilodonte sigue las pautas de los felinos en general, a excepción de su cola, que en su caso era corta y gruesa, contando con un menor número de vértebras que las que poseen los grandes gatos actuales. También el tamaño de los huesos de sus extremidades era diferente. Éstos eran más cortos y robustos, lo que le daba un aspecto macizo y fornido. Su cráneo poseía un aspecto diferente al de los demás felinos: por un lado se parecía al de una hiena, pero con el rostro más ancho, y por el otro, su característica más resaltante que le dado fama a este género: el tamaño desmesurado de sus caninos superiores. Éstos estaban levemente curvados, comprimidos en sentido transversal y sus bordes estaban formados por una lámina de esmalte dentada en forma de sierra, más pronunciada del lado posterior o interno.
El esmilodonte no fue el único carnívoro que desarrolló excesivamente sus caninos, ya antes habían existido otras líneas de carnívoros felinoideos con esa particularidad.
En Europa existió un animal con caninos prominentes, el Nimravus. Éste no era un félido, sino que pertenecía a la familia de los nimrávidos, la primera en presentar características gatunas. Este animal vivió entre el Oligoceno y el Mioceno. Derivados de ese grupo existieron varios “dientes de sable”. Dentro de los félidos sudamericanos, sólo el género Smilodon desarrolló esa característica. Es probable que la característica del “colmillo agrandado” fuese una adaptación a su estilo de caza, y que por convergencia evolutiva se halla dado varias veces en la historia de los gatos.
Los félidos en general se originaron de un pequeño carnívoro, el Miacis, que vivió en el antiguo continente al comienzo del Eoceno. Este animal, con una figura semejante a la de una comadreja, fue el antecesor común de varios grupos de carnívoros aparte de los gatos. Sus descendientes incluyen a las hienas, los prociónidos, los osos y los perros.

HALLAZGOS IMPORTANTES EN NUESTRO YACIMIENTO FÓSIL

Este año, como lo hace periódicamente, visitó nuestra ciudad el paleontólogo Dr. Alfredo Carlini interesado en los hallazgos de fósiles de megafauna realizados en el Río Salado.
Este paleontólogo colabora de manera voluntaria en la identificación, clasificación del material fósil y en la capacitación del personal del Museo “El Legado del Salado”
A partir de las orientaciones del experto, los integrantes del grupo, profesores y alumnos de Biología, de Química, de ciencias Sociales y otros profesionales que trabajan en el museo, comenzaron un proyecto para realizar un inventario del archivo y repositorio que actualmente se encuentra en las instalaciones de la Escuela Normal Superior. También se inició una investigación para indagar, en base a las evidencias fósiles y estratigráficas, cómo era la vida en el pasado geológico, el paisaje, la fauna, la flora y sus interacciones y cambios a través del tiempo.
Actualmente en el Museo se está reorganizando el archivo y redefiniendo las exposiciones, por lo tanto por unos dos meses se suspenden las visitas guiadas, sólo se continúa con los proyectos ya establecidos con las Escuelas de la comunidad. Se prioriza por ahora la identificación y clasificación para registrar el material y poner en valor el patrimonio de nuestro reservorio como así también del yacimiento fosilífero del cual han sido extraídos. También se continúa gestionando el proyecto de la reserva natural, que será presentado a las autoridades para que puedan declararla reserva ecológica a las riberas del río Salado en el tramo “puente Macucho”- Laguna de Gómez, en un principio, con posibilidades de ser extendida hacia la laguna El Carpincho. Se está trabajando para lograr entrar en la ley provincial de reservas de la provincia de Buenos Aires, para proteger no sólo al yacimiento fósil sino también fauna y flora actuales y la calidad del medioambiente.

Hallazgos Reveladores
A partir del estudio de los fósiles se pueden tener evidencias para saber no sólo a qué animales o plantas pertenecieron, sino también cómo era el ambiente y el clima de la región donde vivían, qué relaciones se establecían entre ellos y con su entorno, etc.
Se han encontrado restos de carnívoros, algo que había pasado inadvertido ante gran cantidad de megamamíferos herbívoros. En los archivos del museo aparecieron varios restos del tigre de sable o Smilodon, el gran felino de grandes colmillos, extremidades de osos, muchos restos de formas juveniles como dientes de leche y huesos de extremidades pequeños, también restos de animales muy viejos con muchas líneas de crecimiento y evidencias de artrosis. Por ejemplo un calcáneo de stegomastodon, el elefante de las pampas, se notan nítidamente las líneas de crecimiento y cicatrices hechas en la vida de un animal que murió muy viejo. También se hallaron mandíbulas de perezosos que quizá correspondan a una nueva especie porque no existen registros de formas similares en yacimientos de la misma edad estratigráfica o en ninguna otra.
A veces a partir de pequeños trozos que aparentemente al extraerlos no se les da demasiada importancia, luego en el laboratorio, al limpiarlos e inspeccionarlos con mayor atención y con ayuda de expertos, surgen cuestiones muy interesantes, como por ejemplo la edad del animal al morir, la enfermedad que padeció, si fue comido por otro animal, si tuvo algún accidente, cómo era la época, si había sequía, qué microorganismos lo descompusieron, entre otras evidencias interesantes para el estudio paleoecológico
Como se han encontrado material fosilizado en distintos estratos, se realizará la prueba del carbono 14 para tener una datación absoluta del yacimiento.
Luego de estos estudios preliminares se realizará una investigación exaustiva y publicaciones en Congresos y medios especializados para registrar y poner en valor científico el yacimiento.
De allí la urgencia en su protección, no solo del yacimiento sino toda la ribera del río, que aún no ha sido explorada
La vida en el pasado
Cómo se expresó en líneas anteriores, el estudio de los fósiles nos permite inferir como vivían y cómo morían los animales del pasado y que relaciones se establecían entre ellos. Cómo se evidenció es significativo la gran cantidad de restos de formas juveniles. Esto es normal, tratándose de un lugar donde había un espejo de agua donde se concentraban distintas especies de animales que iban a beber, los más vulnerables para los depredadores y para las inundaciones eran los más pequeños, las crías. También los animales más viejos corrían con la misma suerte, en épocas de inundaciones eran los primeros en sucumbir ahogados y en las épocas de sequía por inanición, también presas fáciles para depredadores como el diente de sable o los osos.
Seguramente hace diez mil años esta zona, era parecida a la sabana africana, con manadas de toxodontes, gliptodontes cola de maza, megatéridos y otros perezosos que se agrupaban cerca de la orilla del río para beber y comer hierba fresca. La flora era parecida a la de ahora, la que aún se conserva en parte de las orillas cerca del puente “Macucho”, juncos, totoras, colas de zorro, cañaverales, no había árboles, algunos arbustos achaparrados, y muchas gramíneas de gran porte que formaban pajonales. Entre esas matas acechaba el tigre diente de sable, esperando el descuido de sus víctimas. No era un animal muy ágil así que tenía que esperar los rezagados o las crías indefensas, es decir los más viejos o los más jóvenes, porque eran los más vulnerables. Algunos estaban muy protegidos y era difícil hincarles el diente, como el doedicuro con su coraza y su cola que si acertaba un golpe, no le iba ir nada bien al tigre, y los perezosos tenían afiladas garras, que si bien le servían para excavar y obtener raíces para comer, podían ser una defensa a la hora de enfrentarse a un tigre o a un oso. El tigre tenía que hundir sus colmillos en partes blandas, quizá en la yugular, pero esos dientes no eran demasiado fuertes y resistentes como para romper un caparazón, posiblemente se le quebraran si daban con un hueso.
Y también pululaban por ahí los chiquitos que no se extinguieron, comadrejas, vizcachas, coipos, zorros, zorrinos, maras, y guanacos. Dentro de las aves, garzas, ñandúes, patos, las que aún existen, también calandrias, lechuzas, búhos. De las familia de los cánidos, si hay restos de zorros extinguidos de mayor porte que los de ahora. Y también hay restos fósiles de aves sin identificar y cáscara de huevo, coquinas, con restos de regurgitaciones y excrementos de aves o depredadores.
Es fascinante comprender el pasado estudiando las evidencias fósiles; es como subirse a una máquina del tiempo y regresar diez mil años atrás y observar la naturaleza y sus interacciones antes de la intervención humana.

sábado, 29 de octubre de 2011

Salida de Campo al arroyo Frías, homenaje a Ameghino



El día jueves en el marco de las jornadas en homenaje a Florentino Ameghino a los 100 años de su muerte, se realizó una salida de campo al sitio dónde halló su primer esqueleto humano, cuando apenas tenía 16 años.
La salida de campo fue guiada por el geólogo Marcelo Toledo quien identifícó los distintos estratos y explicó la importacia del sitio para los estudios, paleontológicos, geológicos y arqueológicos. El cráneo que halló allí Ameghino es uno de los más antiguos de América del Sur.


Nos acompañó el eminente paleontólogo José Bonaparte y también Fernando Novas, Sebastián Apesteguía, entre otros grandes investigadores actuales que siguen las huellas del sabio.

sábado, 6 de agosto de 2011

CENTENARIO DEL FALLECIMIENTO DE FLORENTINO AMEGHINO

06/08/1911 – 06/08/2011: 100 años del fallecimiento de FLORENTINO AMEGHINO


"Su pupila supo ver en la noche, antes de que amaneciera para todos"
José Ingenieros


Cambiaré de opinión tantas veces y tan a menudo como adquiera conocimientos nuevos, el día que me aperciba que mi cerebro ha dejado de ser apto para esos cambios, dejaré de trabajar. Compadezco de todo corazón a todos los que después de haber adquirido y expresado una opinión, no pueden abandonarla nunca más.
Florentino Ameghino




Nació en Luján, Buenos Aires, Argentina el 18 de septiembre de 1854 según la mayoría de sus biógrafos y familiares, o en Moneglia, Italia, el 19 de septiembre de 1853, como sostienen algunos investigadores en base a una partida de nacimiento mostrada por la Iglesia, pero a nombre de Juan Bautista Fiorino José Ameghino. También se cree que esa partida pueda pertenecer a un hermano mayor muerto en la larga travesía desde Italia, (duró más de seis meses) ya que los familiares afirmaban que los padres de Ameghino llegaron al país sin hijos. Él mismo, en su autobiografía, proclamó haber nacido en Luján. Sus padres, Antonio Ameghino y María Dina Armanino, tuvieron además tres hijos varones, Antonio Luis, Carlos y Juan, y una hija, María Luisa, todos ellos nacidos en la Argentina.
Los primeros años de Ameghino tuvieron como panorama habitual las barrancosas riveras del río Luján en la campiña cercana a Buenos Aires. Un día, paseando a las orillas de este río, encontró unos caracoles y se los mostró a su padre, preguntándole cómo es que estaban allí. Como el padre le contestó que los había traído la corriente, Florentino no quedó conforme porque pensaba que la corriente los podría traer, pero no incrustarlos en la barranca. A partir de ese momento empezó a elaborar sus propias teorías.
A los 16 años fue designado preceptor en la escuela municipal de Mercedes donde luego ocupó el cargo de director. A los 20 años encontró los restos fósiles completos de un mastodonte.
Al año siguiente ya publicaba dos artículos en dos diarios locales y lograba insertar otro en la revista científica francesa "Journal de Zoologie", mientras que obtenía también un premio en la primera exposición científica de Buenos Aires. En esta última presentó dos memorias que en ese momento no fueron tenidas en cuenta y que albergaban el germen de su futura obra monumental. En 1878 viajó a Europa y allí exhibió su colección prehistórica y paleontológica en la Exposición Universal de París, donde fue el asombro y la admiración de los científicos más importantes de la época, obteniendo el reconocimiento que en su país le negaron. A los 23 años publicó su primer libro: "Antigüedades indias en la Banda Oriental" . Dos años después tuvo una gran actuación en el Congreso de Americanistas en Bruselas, luego publicó dos libros: "La formación Pampeana" y "La Antigüedad del hombre en el Plata". En Europa, Ameghino vendió su colección de objetos prehistóricos y fósiles a ciento veinte mil francos, con una parte de ese dinero pudo publicar esa última obra. Muchos fósiles de esa colección fueron adquiridos por el famoso y acaudalado paleontólogo estadounidense Edward Cope.
A tres años de su partida regresó consagrado por la opinión de los más distinguidos naturalistas europeos, casado con una joven parisina –Leontina Poirier– y totalmente pobre, y, como si fuera poco, se encontró que había sido exonerado de su cargo de director de la escuela de Mercedes por abandono del puesto. Al científico reconocido en todo el mundo, en su país ni siquiera le conservaron su puesto de trabajo. Se instaló, entonces en Buenos Aires, abriendo una pequeña librería y papelería, ubicada en la calle Rivadavia, a la que bautizó "Librería del Gliptodón", y en su trastienda continuó reuniendo materiales de estudio. Y "entre la venta de cuatro reales de plumas y un peso de papel", escribió su obra "Filogenia" en 1884, donde dio cuenta de su adición al evolucionismo, lo que provocó un gran revuelo en el ambiente científico argentino.
En 1884 se creó el Museo de La Plata y su director vitalicio, el perito Francisco Pascasio Moreno, pidió al gobierno que designe a Florentino Ameghino como subdirector y secretario. Ameghino aportó su colección para enriquecer el departamento paleontológico del nuevo museo, y su hermano Carlos tomó el puesto de naturalista viajero y comenzó sus viajes a la Patagonia, donde realizó importantes descubrimientos. Pero esto no duró más de un año, ciertas diferencias y celos profesionales hicieron que Moreno exonerara a su subordinado de su puesto oficial.
Con sus propios medios y la ayuda de su hermano Carlos, Ameghino emprendió nuevamente su trabajo y en 1889 publicó, gracias al apoyo de la Academia de Ciencias de Córdoba, su obra más importante: "Contribución al conocimiento de los Mamíferos fósiles de la República Argentina", que venía acompañada de un atlas. Esta obra la escribió en sólo 14 meses y le valió una medalla de oro en la Exposición Universal de París del año 1889. Durante ese período de alejamiento y de estrechez económica, publicó más de la tercera parte del total de sus trabajos.
En 1903, cuando prácticamente había completado su obra, recibió la primera designación duradera del Estado. Joaquín V. González, que era ministro de justicia e instrucción pública, ofreció a Florentino Ameghino el cargo de director del Museo Nacional de Buenos Aires, el que quedaba vacante luego de la muerte del Dr. Carlos Berg. Estas nominaciones le dieron, por fin, el reconocimiento tan postergado. A partir de ese momento le llegó una lluvia de nombramientos: vocal del primer consejo directivo del Instituto Superior de Agronomía y Veterinaria de Buenos Aires; al año siguiente, catedrático titular de antropología en la Facultad de Filosofía y Letras, que no aceptó, y en 1906 fue nombrado jefe de sección y miembro del consejo académico del Museo de La Plata y también profesor de geología en la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de La Plata. El zoólogo español Ángel Cabrera describió así su cargo en el Museo Nacional: "Durante los 9 años en que lo desempeñó, ingresaron en las colecciones del Museo setenta y un mil objetos, es decir casi ocho mil al año, y se publicaron quince volúmenes de los anales, en los que colaboraron los hombres de ciencia más distinguidos de la República y no pocos de otros países."
La obra que nos legó es única, lograda en base a su esfuerzo personal. Simpson, uno de los fundadores de la "Teoría Sintética de la Evolución", calificó esta empresa como "uno de los más notables logros en la historia de la ciencia."

FALLECIMIENTO Y TRANSCENDENCIA

En el momento de su muerte, Florentino Ameghino se había convertido en un paradigma de la ciencia argentina. Murió el 6 de agosto de 1811en su domicilio de La Plata, por complicaciones resultantes de una diabetes y su resistencia a ser intervenido quirúrgicamente. Su entierro fue grandioso a pesar que el gobierno no se manifestó a la altura que correspondía, si lo hicieron las Universidades de La Plata y Bs. As y las sociedades científicas. Sus restos se depositaron en el Panteón de los Maestros, hicieron uso de la palabra eminentes personalidades de la época como E. Holmberg, Victor Mercante, J. B. Ambrosetti, José Ingenieros y otros. José Ingenieros dijo en su discurso de despedida: "Muere en él la tercera vida ejemplar de nuestra centuria, Sarmiento, inagotable catarata de energía en las gloriosas batallas de nuestra emancipación espiritual. Mitre, que alcanzó la santidad de un semidios y fue consejero de los pueblos. Ameghino, preclaro sembrador de altas verdades, cosechadas a filo de hacha en la selva infinita de la naturaleza." "Tenía que ser un sabio argentino, porque ningún otro de la superficie terrestre contiene una fauna fósil comparable a la nuestra; tenía que ser de nuestro siglo, porque antes le hubiese faltado el asidero de las doctrinas darwinistas que el sirven de fundamento. No podía ser antes de ahora, porque el clima intelectual del país no era propicio a la obra antes de que la fecundara el genio de Sarmiento; y tenía que ser Florentino Ameghino, y ningún otro hombre de su tiempo, por varias razones. ¿Qué otro argentino hemos conocido, que reuniera en tal alto grado su actitud para la observación y el análisis, su capacidad para la síntesis y la hipótesis, su resistencia para el enorme esfuerzo prolongado durante tantos años, su desinterés por todas las vanidades que hacen del hombre un funcionario, pero matan al pensador?…" A los tres días de su muerte, el Ministerio de Instrucción Pública expidió un proyecto de ley pidiendo al Poder Legislativo la autorización para erigir un monumento conmemorativo de Ameghino, en el cuál citaba "Llegó de la nada a la cumbre por sus propios esfuerzos". Aunque la ley fue aprobada con unanimidad, el monumento nunca se construyó. Otro proyecto fue el presentado por Francisco P. Moreno, que era diputado nacional por ese entonces, el 23 de agosto, a pocos días de la muerte de Ameghino, pidió a la Honorable Cámara que autorizase al Poder Ejecutivo a adquirir la Biblioteca, manuscritos y colecciones para el Museo Nacional. Proyecto éste que tampoco se llevó a cabo. El homenaje más importante que le podemos hacer es seguir sus pasos y su ejemplo: (Citando a J. Frenguelli) "…con su obra y su vida íntegramente consagrada a ideales puros, parece repetir: Que vuestra guía sea la curiosidad inextinguible de saber. Ella os indicará la ruta, pero no siempre bastará a salvaros de los escollos de que está sembrado el áspero camino. Si incurrierais en el error, no temáis a los reproches y el escarnio de los tímidos…Recordaos que la historia es benévola para quién, después de las derrotas, consigue una victoria; pero siempre condena al olvido al crítico infecundo… "

El mausoleo de Florentino Ameghino en el cementerio de La Plata ha sido declarado Monumento Histórico Nacional.

Mg. Marcela Torreblanca
Museo “El Legado del Salado”

lunes, 29 de marzo de 2010

Nos Mudamos

El sótano se inundó así que ahora estamos acondicionando al viejo vestuario.
Y el museo ya está en Facebook
Buscarlo como Museo Escolar
La dirección de mail es museoescolarjunin@hotmail.com

miércoles, 25 de marzo de 2009

LOS FÓSILES VAN A TENER SU LUGAR

POR FIN!!!